Creo que a todos nos llega un momento en la vida en el que nos sentimos indefensos. En el que estás tú solo ante el peligro, sin saber a qué vas a enfrentarte. Te sientes inseguro, no sabes qué puede pasar... Hay algo importante para ti en juego y lo único que sientes en ese instante es tu propio cuerpo paralizado ante el miedo, ante la incertidumbre. Porque no hay absolutamente nada peor que la incertidumbre... No saber qué te depara la vida, qué va a ser de ti en los próximos quince minutos a los que vas a enfrentarte.
Las cosas te pueden salir bien, o puede haber sido un fracaso absoluto; pero, al menos, ya ha ocurrido. Una vez las cosas pasan, llega la calma. El siguiente paso es celebrarlo y enfocarte en el siguiente objetivo, o cambiar de rumbo y buscar nuevas metas.
Así es la vida.
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