viernes, 4 de junio de 2010

Historias para no dormir

Durante unos instantes toda la ilusión se derrumba, se cae a tus pies y sientes como te vas desinflando lentamente, te vas quedando sin fuerza. Sabes que ya pasó, pero aun así no te explicas cómo puedes sentirte tan mal por dentro. Ni siquiera quieres respirar, el corazón te late más deprisa, necesitas saberlo todo. Entonces le llamas, le preguntas por ella y te da todas las razones en las que esperas encontrar algo de fuerza, esperanza y (obviamente) verdad. Le quieres y lo sabes. Darías todo por tu relación con él en ese instante e intentas buscarle sentido a sus palabras. Al fin lo comprendes, le intentas calmar (sin conseguirlo del todo) y cuelgas. No puedes dormir, te dedicas a escuchar música, a leer un libro (pasando las hojas sin haber comprendido ni un solo párrafo)... Hasta que se te ocurre escribir, cosa que siempre suele liberarte.
A aquellas/os que os sintáis así alguna vez, os recomiendo que habléis con él/ella, ya que es la mejor forma de calmaros y solucionar las cosas.

"Se retrocede con seguridad pero se avanza a tientas uno adelanta manos como un ciego ciego imprudente por añadidura pero lo absurdo es que no es ciego y distingue el relámpago la lluvia los rostros insepultos la ceniza la sonrisa del necio las afrentas un barrunto de pena en el espejo la baranda oxidada con sus pájaros la opaca incertidumbre de los otros enfrentada a la propia incertidumbre se avanza a tientas / lentamente por lo común a contramano de los convictos y confesos en búsqueda tal vez de amores residuales que sirvan de consuelo y recompensa o iluminen un pozo de nostalgias se avanza a tientas / vacilante no importan la distancia ni el horario ni que el futuro sea una vislumbre o una pasión deshabitada a tientas hasta que una noche se queda uno sin cómplices ni tacto y a ciegas otra vez y para siempre se introduce en un túnel o destino que no se sabe dónde acaba."
  A tientas Mario Benedetti

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