jueves, 10 de junio de 2010

ESPECÍMENES DE GIMNASIO

¿Cómo van esas vacaciones? La mias fenomenal, haciendo lo que me apetece en todo momento y sobre todo muy, muy relajadas. Tengo una novedad novedosa, demasiado novedosa... ¡ME HE APUNTADO AL GIMNASIO! Sí, sí, aunque parezca mentira, la mujer más vaga de España, y probablemente una de las más vagas del mundo entero ha decidido dar ese paso, ha decidido comprometerse a aquello que siempre se vio incapaz de cumplir. Y no solo eso, sino que voy ¡Todos los días!, sí, habéis leído bien, TODOS LOS DÍAS. Obviamente he buscado uno cercano a casa, y el ganador ha sido el Centro Wellness O2. Me parece una elección estupenda, el sitio es muy moderno, las instalaciones están fenomenal, los profesores y el resto del personal es encantador y muy atento. Pero lo mejor sin duda alguna es el spa, que aún no he probado pero que me está llamando a gritos. Como todo, tiene su lado malo (aunque he de decir que en este caso no es tan malo porque al menos me ameniza las actividades). La clientela de mi gimnasio deja mucho que desear; digamos que hay varios especímenes:
  • El prototipo de señora entre los 45 y los 65 años, a la que le sale el dinero por las orejas, se siente una quinceañera y no tiene nada mejor que hacer en todo el día que ir al "gym". Es realmente gracioso ver como entran al vestuario de punta en blanco y se enfundan el último modelo de chándal y de zapatillas, se colocan todos "los oros" que han encontrado por su casa y se maquillan como si fueran a una fiesta de etiqueta con el fin de subir a la sala de fitness y dejarse la vida en la máquina de correr. Al igual pasa con los hombres de esas edades; llevan ropa carísma y van con su ipod y su cantimplora de un lado para otro.
  • Un grupo muy similar a este, es el de las madres primerizas, también de punta en blanco y con un gran poder adquisitivo, pero que en este caso vienen a que "sus niños" reciban clases de natación. Se pasean de punta a punta del gimnasio cotilleándolo todo y luciedo figura (por lo general tienen un cuerpo de infarto y la mayoría están operadas).
  • Tenemos a las mujeres y hombres que viven por y para el deporte, es decir, personas que llevan años haciendo ejercicio y cuyos cuerpos parecen tabletas de chocolate andantes. Se pasan las horas metidos en el gimnasio, vayas a la hora que vayas siempre están ahi (en la zona de las pesas, por lo general).
  • También abundan los chicos entre los 16 y los 22 (aproximadamente), que comienzan a venir a finales de Mayo para poder lucir "cuadraditos" en agosto en la playa. Son muy graciosos ya que, por lo general, son niños enclenques y de desarrollo tardío que no salen de la sección de pesas y de los abdominales.
  • Por último, los dos grupos más reducidos, casi inapreciables. Los ancianos que vienen a la piscina, con un entrenador personal, que les ayuda a mejorar los problemas de espalda o piernas haciendo ejercicios acuáticos. Y el mío, gente joven que quiere adelgazar un poco y ponerse en forma. Normalmente no van todos los días, yo soy la excepción, y van alternando clases dirigidas con sala de fitness.
Mis amigas se tiran por los suelos cuando les describo el panorama, y todavía no terminan de creerse que vaya todos los días. Cada vez que les digo que voy a clase de "loquesea" se parten de risa y me dicen: "Estas loca May, me encantaría verte por un agujerito". En fin, ya os contaré cuánto duro a este ritmo, pero ya os digo, ¡Es totalmente adictivo!

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