En una semana escasa vuelvo a Madrid. Voy a dormir en mi cama y a pelearme con mis padres; a jugar a la play con mi hermano y a tener una comida con toda la familia el domingo. A ver a B, las Mosquis, a Ade y Durri, al sector de la uni, Berta y a los chicos. Sí, la verdad es que me apetece, me apetece demasiado...
Me gusta llegar a Madrid sabiendo que va a haber gente esperándome, sabiendo que va a haber alguien ahí que me reciba con los brazos abiertos. Tiene que ser una tristeza enorme volver a la ciudad en la que llevas viviendo desde siempre y que sea por simple rutina, porque toca ver a la familia y punto. Que no haya nada que te haga tener ganas de volver, nada que realmente te haga sentir que perteneces a ese lugar.
En fin, una vez más, gracias por el amor que me habéis dado desde siempre.
¡Qué ganas de volver a casa!
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