Ayer, día 20 de Marzo, hizo exactamente medio siglo desde el nacimiento de una de las personas más importantes de mi vida. De alguien que me ha hecho ser quien soy y llegar a donde he llegado. Ayer fue el cumpleaños de mi padre.
Nunca os he hablado de él, porque las palabras que tendría que dedicarle invadirían páginas y páginas de recuerdos, historietas y cualidades que prefiero guardar en la memoria. No valdría con una entrada de cuatro o cinco párrafos para describiros al maravilloso hombre con los que he compartido mis 21 años de vida.
Él es, junto a mi madre, el ejemplo de la persona que me gustaría ser. Tiene la vida que yo querría tener cuando llegue a su edad y espero que cada año que pase vaya acompañado de miles de sorpresas, a cada cual mejor, para poder haber vivido de la mejor manera posible rodeado de lo mejor y los mejores.
Si pudiera haber pedido un deseo al soplar las velas del brownie que tomamos en la comida del martes, habría sido poder seguir disfrutando de su presencia por lo menos hasta llegar al siglo entero.
Sé que esto no basta para darle las gracias por estos años, ni sirve como regalo de cumpleaños; pero al menos es algo que quedará escrito para siempre para recordar los 50 años de papá.
Te quiere, Maymuski
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