Alguien con quien
conectas de forma instantánea, que te alegra la vida desde el momento uno sólo
con estar cerca y que en sí sea una sorpresa. Que todo lo que haga te pille
totalmente desprevenida, que se apunte los planes más absurdos y también te los
proponga. Con él puedes ser tú misma, con absolutamente todo lo que ello
conlleva, y por supuesto también se lo permites
ser a él.
De esos que te alargan la vida a
carcajadas y con el que disfrutas cada instante, cada risa. Pero a pesar de ser
igual de risueño que tú, siempre sabe estar ahí cuando le necesitas, para lo
bueno y para lo malo; y encima te escucha cuando le hablas o le cuentas la
historieta más aburrida del mundo. Te
hace mejor persona, con él no eres capaz de ser egoísta.
Muchas veces no hace falta que
diga nada en absoluto, porque te habla con la mirada, no necesita las palabras.
Aunque tenga cosas que hacer, siempre va a sacar tiempo para verte y va a
inventarse la excusa más incoherente. Que juega con tu pelo, tus manos y con
quien puedes compartir hasta un chupa-chups.
Es más payaso que romántico, sin
embargo cuando está contigo te mira como si fuera la última vez y te acaricia
la cara como si quisiera memorizarla. No se cansa de decir que no es
raro, sino diferente, y que es eso precisamente lo que le hace especial. Mete
la pata con las cosas más tontas y luego se siente fatal por ello, pero tú no
eres capaz de enfadarte porque te envuelve con cualquier frase que te haga reír
y te hace darte cuenta de que precisamente es eso, una tontería.
Uno de esos chicos que notas que
no quieren irse, que es tu mejor amigo…
-- ¡Estoy convencida de que ha nacido con mi manual de instrucciones
debajo del brazo! --