Ese momento en el que todo el mundo te bombardea con planes de futuro. Con estudios, con prácticas, con trabajos, con el "qué va a ser de ti" el día de mañana y que no me queda nada para cumplir los 21. Ese momento en el que deseas tener a alguien al lado con quien compartir todos los sentimientos reprimidos... Alguien que te conozca de verdad, que sepa tus reacciones y qué decirte para sentirte mejor. Que dé su brazo a torcer y te ofrezca su hombro en situaciones como éstas. Alguien como él.
Entonces, te das cuenta de que le echas de menos. Realmente ese tiempo hizo mella en ti, os conocéis y sabéis que podéis contar el uno con el otro. Porque, al fin y al cabo, siempre que lo has necesitado ha estado ahí.
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